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lunes, 17 de septiembre de 2012

EL RIESGO DE LAS LAMPARAS DE BAJO CONSUMO EN TU HOGAR

EDITORIAL

Una lámpara incandescente posee 0.01 % de su peso en mercurio, si se arroja al río contamina 30.000 litros de agua.


En mi investigación sobre el tema, he visto el común denominador, en algunos argumentos, que la cantidad de mercurio en una bombilla incandescente (bajo consumo, ahorrador, etc.) es ínfima, como para causar un daño significativo.

Pero, no sólamente es mi pregunta: ¿ Qué ocurre en una hipotética pequeña comunidad, en la que en el mes se arroja al basurero....20 bombillitas de éstas (valor al azar, para el ejemplo), sin ningún procedimiento de reciclaje. Cual crees que es el depósito final de estas bombillas...?????


Me gustaría que alguien nos pudiera decir qué recomendaciones le indicaron al momento de comprar una lámpara o bombilla de bajo consumo......o en su defecto si alguna de las que haya comprado trae consigo un comunicado, volante, instructivo, procedimiento, o como quiera llamarse, en el que se llama la atención al carácter tóxico del producto que está adquiriendo......

......Espero que alguien me diga si en su país de residencia, municipalidad, vecindario, comunidad......alguna industria productora de "Lámparas de bajo Consumo" ha desarrollado campañas educativas sobre la forma en que deben desecharse estos elementos...........

........Agradezco, si alguno de nuestros amigos nos comenta sobre las campañas de los estamentos del estado, para prevenir la contaminación y los daños y enfermedades causados por la manipulación y los desechos de las "Lámparas de Bajo Consumo", o como también se le conocen: "Bombillas Ahorradoras"......

Quedamos a la espera........

Gracias.!!





JAIME.-






Lámparas de bajo consumo, nuevo riesgo para la salud



Como poseen mercurio, hay que tener cuidado cuando se rompen. Además, al ser desechadas con la basura doméstica, no se las recicla y contaminan el ambiente.

Por Cecilia Farre

Años atrás, las lámparas de bajo consumo se presentaban –frente a las tradicionales incandescentes– como la mejor alternativa para el cuidado del ambiente por su capacidad de iluminar más con menos energía. Sin embargo, al momento de desecharlas, igual que los tubos fluorescentes, se convierten en un problema si no son separadas de la basura y tratadas con un método especial. “Las lámparas de bajo consumo ahorran energía, pero no ahorran contaminación”, advirtió el biólogo Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam).
Si bien estas lámparas son muy eficientes, pocos saben que contienen mercurio, un metal pesado que se considera residuo peligroso por su toxicidad al ser liberado al ambiente cuando la lámpara se rompe o destruye.

“La exposición de corta duración a una concentración elevada de vapor de mercurio puede producir irritación de garganta, tos, dificultad para respirar, inflamación de la piel, aumento de la presión arterial, náuseas, vómitos, cefaleas y pérdida de la memoria”, enumeró María Della Rodolfa, responsable de Programas de la ONG Salud sin Daño. Esta organización realizó una campaña para eliminar el uso de instrumentos médicos con mercurio como los termómetros y alrededor de 400 hospitales ya lo han hecho. Sin embargo, todavía no hay una disposición final segura de estos residuos, que terminan en los rellenos sanitarios o en basurales a cielo abierto, se quejó Della Rodolfa.
“El mercurio –agregó Montenegro– es un material persistente que intoxica los ecosistemas acuáticos y terrestres y que a través del aire, el suelo y el agua puede llegar a las personas. Los vertederos de basura están incorporando cada vez más lámparas en desuso con mercurio que pueden tener hasta 5 miligramos por lámpara, o tubos fluorescentes, de hasta 25 miligramos”.

Según Rosana Iribarne, del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la UBA, las lámparas de última generación tienen menos mercurio y mayor vida útil. “El problema es que el etiquetado no menciona qué cantidad de mercurio contienen y en la Argentina no se producen.” Tampoco se indica cómo actuar si se rompe una lámpara. “No se capacita a la gente de mantenimiento para que sepa qué hacer con ellas y las almacenan en sótanos o las sacan a la calle”, destacó Iribarne, quien en 2006 elaboró un informe sobre este tema para la Secretaría de Energía de la Nación.
Por la toxicidad del mercurio, ante la rotura de una de estas lámparas se debe ventilar y abandonar el lugar al menos 15 minutos. Luego, con los ojos, la boca y las manos cubiertos, hay que recoger los fragmentos y el polvo con papel o cartón duro (no usar aspiradora ni escoba). Y colocar los desechos en una bolsa plástica, aclarando que contiene residuos de mercurio.
“El uso de lámparas de bajo consumo se impuso por ley sin considerar los riesgos sanitarios y ambientales de su rotura y descarte. Como parte de esta improvisación no se avanzó sobre la responsabilidad de las empresas, ni se organizaron sitios para la recepción de lámparas en desuso. Así, en la mayor parte del país estas son arrojadas a la basura doméstica y el mercurio es derramado en vertederos y basurales abiertos”, aseguró Montenegro.
En Brasil, Corea, Japón, Australia y en los países de Europa, las empresas productoras debieron instalar y financiar sistemas de gestión de las lámparas desechadas, que se encargan de su recolección, tratamiento y reciclado. “En esos lugares se dejaron de usar las lamparitas incandescentes recién cuando se pudo contar con normas que obligaban a los productores a reciclar”, señaló Gustavo Fernández Protomastro, biólogo y gerente de reciclado de Pelco.
Argentina tiene establecimientos para tratar las lámparas y tubos usados, a los que recurren sobre todo empresas de autopistas y centros comerciales, ya que desechan miles por año. “Cuando tiramos una lámpara de bajo consumo contaminamos el suelo en pequeñas cantidades. Cuando son 400 millones de pequeñas cantidades hablamos de una contaminación grave y peligrosa para presentes y futuras generaciones”, concluyó Fernández Protomastro.





Consumidores y Usuarios: recuerda que las bombillas de bajo consumo no pueden tirarse a la basura



   La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) recordó hoy que las bombillas de bajo consumo, que han sustituido en muchos hogares a las tradicionales bombillas incandescentes, no deben desecharse en la basura convencional dado que contienen mercurio líquido y recomendó llevarlas a los Puntos Limpios o a los contenedores habilitados en los hipermercados.
   La asociación, que reconoció que este tipo de bombillas "suponen en la actualidad un hito fundamental en el ahorro energético y una gran contribución para mejorar el medio ambiente", explicó que deben llevarse a Puntos Limpios de recogida de aparatos eléctricos que se encuentran en los municipios o a los contenedores que Ambilamp, una sociedad sin ánimo de lucro, ha dispuesto en los "principales" hipermercados.
   El motivo por el que estas bombillas de bajo consumo no pueden arrojarse con el resto de basura, explicó CECU, es que contienen una cierta cantidad de mercurio líquido que puede derramarse al desecharse en los contenedores de residuos sólidos y contaminar.

   La confederación de consumidores señaló que el mercurio líquido es inocuo mientras la bombilla está intacta, pero que en el caso de que se rompa dentro de casa conviene "alejarse en el momento de la rotura para no respirar el vapor y ventilar la vivienda muy bien".
   Con todo, CECU reclamó a las administraciones mediante un comunicado "hacer un esfuerzo especial" de información al consumidor e instalar más contenedores específicos para este tipo de residuos.



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