EDITORIAL
Ya, en una emisión anterior de TERCER PLANETA, había hecho eco de la campaña de GREEN PEACE, que ellos denominan "SAVE THE ARTIC".
No es ningún placer, hacer seguimiento de estos eventos, ya que, muy a pesar de los esfuerzos que hacen los ambientalistas que impulsan esta campaña, parecería que no hay ninguna respuesta.
Pero el ver que ya somos 1'732.517 (UN MILLÓN SETESIENTOS TREINTA Y DOSMIL QUINIENTOS DIECISIETE) personas las que hemos firmado por el apoyo a esta causa, podremos decir que no es un esfuerzo en vano.
Debemos continuar con estos y otros, que nos invitan a reflexionar sobre nuestro papel en desarrollo de nuestras sociedades, y lo que cada generación le deja a la que la sucede.
Un Abrazo.
JAIME.-
Por más de 800 mil años, el hielo fue una característica permanente del oceáno Ártico. Hoy se está derritiendo por el uso de combustibles fósiles y, en un futuro cercano,la región podría quedarse sin hielo por pimera vez en la historia del planeta. Esto no sólo sería devastador para los pobladores, los osos polares, los narvales y las morsas, sino también para todos nosotros.
El hielo del ártico refleja los rayos solares proyectándolos al espacio, manteniendo el planeta frío y estabilizando los sistemas climáticos de los cuales dependemos para producir nuestro alimento. Proteger los hielos polares significa protegernos a todos nosotros.
Una nueva fiebre por el petróleo se está desatando en el Ártico.
Shell, BP, Exxon y Gazprom, entre otras empresas, quieren poner al Ártico bajo el riesgo de un derrame petrolero que sería devastador para el área. Las mismas corporaciones que causaron el derretimiento del Ártico ahora quieren beneficiarse de la desaparición de los hielos polares. Quieren abrir una nueva frontera petrolera para obtener alrededor de 90 billones de barriles de crudo.
Eso es mucho dinero para ellas, pero al mundo sólo le significaría 3 años de combustible. Los mismos expertos de la industria petrolera reconocen que lidiar con un derrame de petróleo en aguas heladas es "casi imposible".
Para perforar en el Ártico, las compañías petroleras deben arrastrar los icebergs lejos de sus equipos y utilizar mangueras gigantes para derretir el hielo flotante con agua tibia. Podría ocurrir una catástrofe. Sólo es cuestión de tiempo.
Ya vimos el extremo daño causado por los desastres de Exxon Valdez y Deepwater Horizon. No podemos permitir que esto ocurra en el Ártico.
FUENTE: http://savethearctic.org/
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